Portada - Owena, la niña que cruzó el río
 

Lo que queda
- Poesía -

Colección Signos
Ed. Huerga & Fierro, 2012

 

 


Lo que queda

Un libro sobre el Heroísmo de los ciudadanos anónimos en su combate con la vida

 

 

El baño concienzudo
del que va al médico
y sabe que le dirán: te mueres.

La desconfianza del que crece
y descubre quiénes

  escribirán

los libros de texto de sus hijos.

El tamaño del bote de champú
comprado el día que ya sabes
que durará más que tú mismo,
seguirá en el estante de tu ducha
cuando al fin seas sólo calavera.

  Lo que queda.

 

 

 

Mis piernas ya,
apenas para arrodillarme;
para que lo rompieran,
mi corazón.
Mis ojos,
para una ceguera
progresiva
e
instantánea.
Si acaso para toser,
mis pulmones
para escupir,
mi lengua.
Soporte de artificiales dientes,
mis encías.
Para callar,
mi boca.
Para soltar el cabo,
mis manos.
Cansadas.
Y mi pensamiento,
para perseguir
sin dar alcance
al mí que de mí huye.
O para huir
del mí
que ni me quiere dar ya alcance.

 

 

 

  Por el dueño del bar
que se gasta las ganancias de dos meses
invitando a los que tocó la lotería
sin decirle a nadie
que él no compró boletos.
  A cuantos comparten la alegría
sin tenerla
y no lo hacen fingiendo
sino convencidos
de que así se vive la vida.
 

Para el que acuesta a la familia

y llora a solas en la noche
y lava sus ojeras
para que ni ellas lo delaten.

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