FUGU (o la estética del vacío)
- Narraciones -
Sial 2000
ISBN 13: 978-84-95498-23-6
ISBN 10: 84-95498-23-5
ESTE Alfabeto Matemático
de Jaime Alejandre que ahora ve la luz revela, desde el primero de los
relatos breves que componen el libro, dos características esenciales
de su autor: su ambici,ón de escritor y su afán por la originalidad,
En tiempos donde la literatura casi parece haberse convertido en una pasarela
de modas, donde muchos productos librescos parecen definirse en función
de su oportunidad para lograr un buen puesto en el mercado, no está
de más saludar los trabajos como el de Jaime Alejandre, que no
se enfrenta a las páginas de su libro con un propósito de
aire mercantilista, sino como siempre han hecho los escritores de verdad:
intentando ir más allá de donde incluso se sienten incapaces
de llegar, tratando de dar de sí mismos más de lo que consideran
que son capaces de dar. Escribir es, sobre todo, una aventura, adentrarse
en los territorios de lo desconocido, con el impulso de hallar un rayo
de luz entre los cortinajes de las tinieblas. Y ese propósito,
creo yo, está claro que es el impulso motriz del trabajo de Alejandre.
La suya es una literatura de sello muy personal, de una rara complejidad
que, en mi opinión, no se parece a ninguna otra que yo haya leído.
No encuentro referencias sobre las que basar el estilo de narrar de su
autor. Quiero decir que, en El Alfabeto Matemático,
se nos muestra que la tarea esencial que acomete Alejandre no es otra
que encontrar su propia voz, algo más que loable cuando hablamos
de literatura.
Alejandre es un escritor pesimista, sin lugar a dudas, y la melancolía
de vivir impregna casi todas sus páginas, en muchas de las cuales
él mismo es protagonista. Esa melancolía se nos muestra,
sobre todo, en un eje que empapa en buena parte de sus relatos: el problema
de la identidad personal. La literatura, en muchas ocasiones, es un intento
del autor por explicarse el mundo exterior y el interior, una búsqueda
de sentido al loco vértigo de la vida, una forma de enfrentarse
al caos en el intento, quizás siempre vano, de justificar la existencia
humana. Yo creo ver en el libro de Alejandre ese esfuerzo por encontrar
luz donde reinan las sombras, por abrir la puerta a una cierta realidad.
Y en ese sentido, sus cuentos están cargados de reflexión
y rodeados de paradojas.
Yo pienso que nuestro tiempo -muerto el siglo XX y anegadas en sangre
todas nuestras utopías- es el tiempo de la perplejidad. Y en cierta
manera, creo ver en el trabajo de Alejandre ese poso de perplejidad que
invade los corazones de los hombres contemporáneos. Me parecen
en ese sentido muy expresivos dos de los relatos contenidos en el libro:
«M40» y «Los Ojos». No digo que sean los mejores,
sino que son en mi opinión los que nos dejan ver con mayor nitidez
el alma narrativa de su autor.
La literatura, cuando es ambiciosa, como es el caso de El Alfabeto
Matemático, corre muchos riesgos. Y el primero de todos
no ser compartida por muchos. Pero suele tener a la postre el premio que
toda ambición acaba por cosechar: ofrecernos una voz nueva y distinta.
Ese es el mérito de este libro, que nos deja ver que la mejor cualidad
de todo escritor es el coraje para llegar a ser él mismo.
PRÓLOGO de Javier Reverte
Leer cuento EL ALFABETO MATEMÁTICO